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En mi casa, y dentro de los muros de mi ciudad, los haré más famosos que si hubieran tenido hijos e hijas; les daré un nombre perpetuo, que jamás será olvidado. A los hijos de los extranjeros que me sigan y me sirvan, y que amen mi nombre y sean mis siervos; y a todos los que observen el día de reposo y no lo profanen, y se aferren a mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, para que se alegren en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán bien recibidos sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.(A)

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